Manuel Vilas debio de ser "El Vilas" en sus años de instituto. Seguro que fue un alumno brillante que leyo la literatura obligada y además leyo por placer hasta que se encendieran la noche, Ramones y el tabaco. Su columna de hoy en El País recuerda a una entrada de esta lista y a aquel bolero "el libro que negaste ya no lo disfrutaras". No se pierdan la columna.
Si las primeras sociedades agrícolas domesticaron un pequeño número de especies,que hoy son las más abundantes,mediante selección genética, las finanzas han domesticado el valor y lo han llamado precio mediante el mercado. Hoy causan más hambre las crisis financieras que las agropecuarias. El pasado de la plata del Potosí y el futuro del Brexit, pasando por la resurrección de Harley Davidson, están aquí.
Leer un libro como este es un baño de humanidad frente al colonialismo digital. Michael J. Sandel también ve en la modernidad una falta de crítica ética al presente sin dar previsiones de futuro. Es posible que sobren gurús y falten preguntas. Que sobren respuestas y que idealicemos un futuro donde el ganador se lo lleva todo y sus empleados no cobren.
Akademeia es una obra sui géneris. No se le pone etiqueta pero se disfruta desde el primer párrafo: Los últimos sacan un Olé! del alma; los personajes gustan tanto que muchos podrían elegir el asesino sin rubor. Solo queda claro que los trabajadores universitarios pasan muchas horas en el bar, lo que les proporciona tramas y les resuelve enigmas.
El editor de Xordica ha dado con una joya. Caer en Broto en 1978 siendo Teresa Pàmies y contarlo es hoy una lectura de placer inigualable. Los caminos están en el mismo sitio, los tábanos pican igual, las montañas, los bosques, no han cambiado mucho. Pero la mirada es distinta. La autora habla de la escuela rural, de sentimientos sobre lo catalán y otros aspectos de un mundo que reconoceran quienes lo vivieron y podran imaginar quienes no. El mundo no cambia, solo nuestras ideas.